La pizza, ese icono de la gastronomía italiana que ha conquistado paladares en cada rincón del planeta, guarda entre sus ingredientes una historia fascinante y rica como sus sabores. Un viaje que nos remonta a las antiguas civilizaciones del Mediterráneo, donde el ingenio humano utilizó el pan como lienzo en blanco para crear una obra maestra culinaria.
Aunque la pizza tal y como la conocemos hoy en día se atribuye a la ciudad italiana de Nápoles en el siglo XVIII, sus raíces se hunden mucho más atrás en el tiempo.
Así, se dice que la idea de la pizza tiene origen en el siglo VI a. C. en Egipto, donde comían un pan plano acompañado de queso fundido y dátiles. Más tarde, en la Grecia y Roma antiguas, también se preparaban recetas similares a base de pan condimentado con diferentes ingredientes, si bien en el caso de Roma se trataba de un plato más parecido a la focaccia que a la pizza actual.
Nápoles, cuna de la pizza moderna
Fue en las bulliciosas calles de Nápoles donde la pizza cobró vida propia. Los campesinos y la gente humilde encontraron en este plato sencillo y económico una forma de alimentarse de manera nutritiva y sabrosa. El tomate, un ingrediente que había llegado a Europa desde América en el siglo XVI, se convirtió en el corazón de la receta, lo que daba un sabor único y distintivo a la pizza.
De hecho, la pizza margarita, uno de los tipos de pizza más populares del mundo, lleva su nombre en honor a la reina Margarita de Saboya, esposa del rey Humberto I de Italia.
Cuenta la leyenda que en el año 1889, durante una visita a Nápoles, la reina Margarita se cansó de la opulenta comida que se servía en la corte y pidió probar la pizza, un plato popular entre la gente del pueblo.
Raffaele Esposito, un reconocido pizzero napolitano, fue el encargado de preparar tres pizzas para la reina. Dos de ellas tenían ingredientes poco usuales, pero la tercera, sencilla y con los colores de la bandera italiana (rojo del tomate, blanco de la mozzarella y verde de la albahaca), cautivó a la reina.
En honor a su majestad, Esposito bautizó la pizza como «Margherita» y, según algunos historiadores, la reina incluso le otorgó el sello real a su pizzería. Desde entonces, la pizza margarita se ha convertido en un clásico de la cocina italiana y un símbolo de la sencillez y el sabor auténtico de la pizza napolitana.
Más que un plato, una cultura
La pizza trascendió su simple condición de alimento para convertirse en un símbolo de la cultura napolitana y, más tarde, italiana. Unía a las familias y amigos alrededor de la mesa, compartiendo risas, historias y, por supuesto, el sabor inigualable de una buena pizza.
La pasión por este plato no tardó en conquistar el mundo. Inmigrantes italianos la llevaron a sus nuevos hogares, donde se adaptó a los gustos y tradiciones locales, dando lugar a un sinfín de variedades y estilos. Hoy en día, la pizza se disfruta en todos los continentes, desde las pizzerías más humildes hasta los restaurantes más sofisticados, como Iluzione.
La pizza como plato estrella de la alta cocina
En nuestro restaurante de alta cocina, el chef recurre a su creatividad para renovar la pizza y convertirla en un plato que hará las delicias de los paladares más selectos. Disfrutar de una pizza en Iluzione es más que una simple comida: es un viaje sensorial que te transporta a las calles de Nápoles, a la calidez de un horno de leña y al aroma irresistible de los ingredientes frescos.
Además de la pizza, también podrás deleitarte con el sabor único de otras recetas de cocina fusión, siempre con la gastronomía italiana como protagonista, todo ello en un ambiente de ensueño que acompaña esta experiencia culinaria irrepetible.
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